terapia de grupo

Terapia de grupo

Qué es la terapia de grupo

La terapia grupal se focaliza en las interacciones que se producen en el grupo, el cual se convierte en un espacio para ventilar los problemas de cada uno de los miembros y hallar solución a los mismos. Al igual que la psicoterapia individual, este método de trabajo está dirigido a ayudar a las personas a resolver sus conflictos, reencontrar el equilibrio emocional, estimular su crecimiento personal, potenciar sus habilidades sociales y dotarlas de las herramientas de afrontamiento que necesitan.

El objetivo esencial es que el grupo sea el instrumento que potencie el cambio deseado. La terapia de grupo es tan eficaz porque las personas sienten que no están solas con su problema, se rompe el aislamiento al que muchos se habían sometido. Por otra parte, la posibilidad de compartir sus emociones y pensamientos sin miedo a la crítica fomenta un elevado nivel de cohesión grupal que conduce a cambios psicológicos más estables a lo largo del tiempo.

Quién puede beneficiarse de una terapia de grupo

La terapia grupal puede ser muy útil para tratar la mayoría de los problemas o trastornos psicológicos, ya sea como elemento terapéutico aislado o como complemento a la psicoterapia individual, aunque está más difundida en situaciones como:

  • Trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad. 
  •  Estrés postraumático
  • Situaciones de duelo por la pérdida de un ser querido o tras una ruptura sentimental
  • Adicciones
  • Trastornos de personalidad
  • Timidez y fobia social
  • Trastornos de la alimentación, como la anorexia y la bulimia
  • Enfermedades crónicas o de carácter grave
  • Problemas de autoestima o inseguridad
  • Dependencia emocional.
  • Relaciones conflictivas
¿La terapia de grupo es para mí?

Al principio, algunas personas son reacias a involucrarse en una terapia de grupo. Por su mente rondan muchas preguntas: ¿Tendré espacio suficiente para hablar de mis problemas? ¿Los otros me escucharán? ¿Qué sucede si los miembros del grupo no me resultan simpáticos? ¿Me sentiré incómodo/a hablando de mis problemas íntimos delante de extraños?

Es perfectamente comprensible que tengas estas dudas, ya que integrarse en un grupo también implica involucrarse emocionalmente con otras personas, desvelar tu identidad y descubrir la suya. Sin embargo, piensa que todos vivimos en grupos y que las experiencias de los demás pueden resultar muy valiosas, al igual que tus vivencias pueden ayudar a los demás.

Con la terapia de grupo, poco a poco irás ganando confianza y podrás hablar abiertamente de tus problemas en un ambiente de apoyo y comprensión que te aliviará. Se trata de un espacio privado y confidencial donde los demás te escucharán y tú podrás escucharles.

La mayoría de las personas que han participado en una terapia de grupo corroboran que ha sido una experiencia positiva y enriquecedora.

Cómo se desarrolla

Nuestros grupos terapéuticos son reducidos, conformados normalmente por hombres y mujeres de diferentes edades.
Las sesiones tienen lugar cada 15 días y una duración de dos horas.
El grupo es guiado por el psicoterapeuta, que asume el rol de moderador para lograr que se aborden las diferentes problemáticas y que las personas no se alejen demasiado del objetivo. No obstante, los temas de debate no siempre son propuestos por el psicólogo, a veces surgen espontáneamente durante la sesión.
El terapeuta también propone dinámicas de grupo y ejercicios vivenciales para facilitar el «darse cuenta», la introspección y el autoconocimiento de uno mismo.
En cada sesión las personas interactúan, dan y reciben retroalimentación. Cada cual comparte los temas personales que le preocupan. El resto de las personas le escucha y después pueden decir lo que piensan o sienten al respecto. De esta forma, cada miembro del grupo se siente apoyado y, a la vez, escucha críticas constructivas que pueden promover la reflexión y el cambio.

¿Qué conseguirás a través de nuestra terapia grupal?

Con la terapia de grupo que desarrollamos en El Centro Psicoterapiasperu:

  • Darte cuenta de tus emociones, conflictos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones.
  • Entender tu comportamiento en las dinámicas relacionales en los que te mueves en tu vida cotidiana.
  • Mejorar tu comprensión de los entornos sociales, apreciando otros puntos de vista o analizando el impacto de tus comportamientos en los diferentes contextos.
  • Descubrir tu potencial y la capacidad para desarrollar nuevas respuestas y comportamientos.
  • Conocerte mejor a ti mismo/a.
  • Ampliar tu red de apoyo social.
  • Reforzar tu autoestima

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